II. VIDA



Lorenzo Domínguez es un artista que podría ilustrar las limitaciones de una aproximación exclusivamente nacionalista a la historia del arte, ya que su vida entraña un arco de desplazamientos geográficos prolongados y profundos: nace en Chile; durante su infancia y juventud viaja a España, donde se inicia como escultor; a los treinta años regresa a Chile, donde continúa esculpiendo y donde comienza a enseñar su arte; viaja brevemente a España, y vive por un año en Francia; a los cuarenta se traslada a Argentina, donde realiza la mayor parte de su obra en las ciudades de Mendoza y Tucumán; a los cincuenta y ocho viaja por un año a Chile, específicamente a la Isla de Pascua; regresa a Argentina, donde muere a los sesenta y un años.


1901-1920:
Lorenzo Domínguez nace en Santiago, Chile, el 15 de mayo de 1901.
Sus padres, Sebastián Domínguez Aguilar y Ana Villar Urbano, son españoles, de los pueblos de Colmenar y Casa Bermeja, en la provincia de Málaga.
Lorenzo Domínguez realiza en España sus estudios primarios, y en Chile los secundarios.


1920-1925:
En 1920 Lorenzo Domínguez viaja nuevamente a España.
En Madrid estudia medicina durante cinco años.
Frecuenta personalidades de las ciencias, las humanidades y las artes: Santiago Ramón y Cajal, García del Real, Letamendi, Negrín, Marañón, Pío del Río Hortega, Ramón del Valle Inclán, Enrique Diez Canedo, Novais Teixeira, Gómez de la Serna, Gutiérrez Solana, Almada Negreiros, Juan de Echeverría, Ricardo Baroja, Juan de la Encina, Jorge de Oteiza, Victorio Macho, Manuel Martínez Hugué o "Manolo".


1926-1931:
Todavía en Madrid, descubre su vocación de escultor.
Viaja por España, y visita sus museos e iglesias, plenos de la obra de los grandes imagineros.
Asiste a los talleres de Juan Cristóbal y Emiliano Barral.
Con Barral se inicia en el conocimiento y el tallado de la piedra.
Sus esculturas de este período son en mármol, piedra y bronce, y entre ellas se destacan: dos cabezas en mármol, "Cajal" y "Julia"; una cabeza en piedra, retrato del escritor mejicano Martín Luis Guzmán; el monumento a Cajal, también en piedra; y la cabeza en bronce denominada "Joven de Pelo Corto". Ha quedado registro fotográfico de dos yesos: el busto de Novais Teixeira, y una cabeza de Miguel Servet.


1931-1938:
Regresa a Chile.
Es profesor de escultura en la Escuela de Bellas Artes de Santiago.
Asiste a peñas y tertulias culturales, especialmente las que se llevan a cabo en la "Posada del Corregidor".
Entabla amistad con otros artistas plásticos, como Camilo Mori, Totila Albert, Laura Rodig, Samuel Román, Hernán Gazmuri, Pablo Burchard, Augusto Eguiluz, Inés Puyó, Anita Cortés, María Tupper; con poetas y escritores como Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Marta Brunet, Nicanor Parra, Augusto D'Halmar, Manuel Rojas, Mariano Latorre; con músicos como Claudio Arrau, Acario Cotapos, Víctor Tevah, Rosita Renard; científicos como el profesor Alejandro Lipschutz; y con personalidades interesantes como Ismael Valdés, Abelardo Pachín Bustamante, el arquitecto Juan Martínez, Nieves Yankovic, Elisa Bindhoff, que más tarde sería esposa de André Breton.
Entre sus discípulos se encuentran Lily Garafulic, Marta Colvin, María Bellet, María Fuentealba.
En este período, Lorenzo Domínguez esculpe obras de orientación clásica y expresionista, como los monumentos a Jaime Pinto Riesco, a Juan Sebastián Bach y al Dr. Germán Valenzuela Basterrica; el busto de Santa Olalla en mármol de Carrara; el retrato en piedra del escritor Augusto D'Halmar; algunos bronces como "Eliana", "Elisa Bindhoff", "El Profesor Lipschutz", y los retratos de los pintores Pablo Burchard y Hernán Gazmuri. Una obra sobresale: "Lilión", una cabeza femenina en mármol verde de Florencia.


1938-1939:
Retorna a España.
Reside por tres meses en Barcelona, donde colabora con grupos Republicanos en el rescate de obras de arte dañadas o amenazadas a causa de la guerra civil.
Viaja a Francia. En París frecuenta los talleres de Brancusi, Bourdelle, Zadkine, Maillol.


1939-1941:
Regresa a Santiago de Chile, donde retoma su cargo de profesor de la Escuela de Bellas Artes.
Entre otras obras realiza el notable monumento al Dr. Luis Calvo Mackenna y "Retrato de la Luna", ambas en basalto; el magnífico retrato en mármol del grabador Víctor Delhez; y un retrato en piedra del pintor Augusto Eguiluz.


1941-1949:
Viaja a Argentina, contratado como profesor de escultura por la Universidad Nacional de Cuyo.
Se establece en Mendoza.
En 1942 se casa con Clara Digiovanni. En Mendoza nacerán sus hijos: Federica, Lorenzo y Fernán.
En este momento, la Universidad de Cuyo es un centro destacado de las artes plásticas, con artistas como los grabadores Víctor Delhez y Sergio Hocevar -o "Sergio Sergi"-; y pintores como Francisco Bernareggi y Ramón Gómez Cornet. El grupo de personalidades que frecuenta Lorenzo Domínguez, en sus dos períodos mendocinos, incluye a los pintores Roberto Azzoni, Rosalía Flichman, Roberto Cascarini, Fidel de Lucia; los poetas Reinaldo Bianchini, Alberto Cirigliano, Alberto Daneo, Daniel Devoto, Jorge Enrique Ramponi, Guillermo Kaúl, Américo Calí; los escritores Ricardo Tudela, Antonio Di Benedetto, Julio Cortázar, Abelardo Vázquez, Juan Villaverde, Iverna Codina, Angélica Mendoza; el historiador Claudio Sánchez Albornoz; el escritor y profesor de filosofía Diego Pró; el profesor de filosofía Felipe García de Onrubia; Juan y Ernesto Corominas, que eran respectivamente filólogo y matemático; Edmundo Correas, primer rector de la Universidad de Cuyo; Enrique Zuleta Álvarez, profesor de ciencias políticas y director de la biblioteca universitaria; los profesores de literatura Adolfo Ruiz Díaz, Alfredo Roggiano, Emilia Puceiro, Delia Villalobos; el profesor de historia del arte Carlos Massini Correas; otros profesores como Matilde Zuloaga, Lorenzo Mascialino, Manlio Lugaresi; el matemático Manuel Balanzat; los médicos Fernando Mas Robles, Francisco Correas, Francisco Amengual, Mario Burgos y Rodolfo Muratorio Posse; varios músicos como el pianista Antonio De Raco, el compositor Isidro Maiztegui, el creador y cantor de obras folklóricas Jaime Dávalos, el organista y compositor Julio Perceval, Salomone, Amicarelli, Julio Malaval, la cantante Mary Lan, la pianista Estela López Lubary; la actriz y directora teatral Galina Tolmacheva, la actriz Niní Gambier; el folklorista y narrador Juan Draghi Lucero; el periodista Miguel Gómez Echea; el editor Gildo D'Accurzio; el fotógrafo Antonio D'Elia; el abogado Juan Carlos Silva; los arquitectos Daniel Ramos Correas, Samuel Sánchez de Bustamante, y Arturo y Manolo Civit.
En el taller de Lorenzo Domínguez se modela, se talla, se dibuja, se conversa.
Un grupo de gente joven se acerca al escultor: poetas y escritores como Fernando Lorenzo, Víctor Hugo Cúneo, Armando Tejada Gómez, Rodolfo Braceli, Hugo Acevedo; la cantante Mercedes Sosa; los pintores José Manuel Gil, Enrique Sobisch, Rosa Arturo; Joaquín Lavado -o "Quino", humorista y creador de historietas-; los dibujantes Fivaller Subirats y Mario Marziali; el grabador Heriberto Hualpa.
Entre sus discípulos, cuatro jóvenes trabajarán en su taller durante un período particularmente largo: Beatriz Capra, Mariano Pagés, José Carrieri y Carlos de la Motta. Aún hoy, ya plenamente transformados en escultores con trayectoria propia, los cuatro continúan considerando a Domínguez como su maestro.
También son discípulos suyos, aunque no todos optarán luego por la escultura, Luis Quesada, Carlos Alonso, Marcelo Santángelo, Irene Pepa, Elio Mirrado, Alberto Moscatelli, Orlando Pardo, Leonor Rigau, Miguel Ángel Sugo, Enrique Miret, José Bermúdez, los hermanos Santiesteban, Blanca y Araceli Romera.
Una presencia constante en su taller es su ayudante de siempre, Mansueto Paratore.
Don Cayetano Mauro es su acompañante habitual en sus viajes a la cordillera en busca de nuevas piedras para esculpir.
Periódicamente Lorenzo Domínguez viaja a Buenos Aires. Aquí el grupo de amistades está constituido por pintores como Emilio Pettoruti, Héctor Basaldúa, Benito Quinquela Martín, Lucio Fontana -que es también escultor-, Raquel Forner, Luis Seoane, Alfredo Guido, Ernesto Farina, Mariette Lydis; escultores como Líbero Badii, Antonio Sibellino, Alfredo Bigatti, José Fioravanti, Horacio Juárez, Noemí Gerstein, Lea Lublin; ceramistas como Fernando Arranz y Tove Johansen; críticos de arte como Jorge Romero Brest, Córdova Iturburu, Julio Payró, Roger Plá, José Luis Pagano, Lorenzo Varela, Miguel de los Santos, Romualdo Brughetti; fotógrafos como Horacio Cóppola, Grete Stern, Anatole Saderman; poetas y escritores como Rafael Alberti, María Teresa León, Miguel Ángel Asturias, Oliverio Girondo, Manuel Mujica Láinez, Eduardo González Lanuza, Mario Binetti, Victoria Ocampo, actores y gente de teatro como Margarita Xirgu, Delia Garcés, Pedro López Lagar, el escenógrafo Gori Muñoz; el editor Gonzalo Losada; y coleccionistas de arte como Víctor Bossart y Federico Vogelius.
En este período, Lorenzo Domínguez ejecuta algunas de sus obras maestras: dos retratos en piedra de su esposa -"Clara" y "Clara Federica"-; un retrato en piedra roja del pintor Francisco Bernareggi; algunas tallas directas sobre el tema del planetario, en particular "El Planeta Venus" y "Lucerito"; la primera cabeza en piedra de Beatriz Capra; dos monumentos a Pasteur; las cabezas en piedra de Paco Correas, Jorge Enrique Ramponi, Hipólito Digiovanni, Zezette Daneo, Ramón Gómez Cornet, Francisco y Dorita Amengual; una cabeza de niña en mármol denominada "La Cuyanita"; el busto de su madre Ana Villar de Domínguez; la extraordinaria cabeza de Sergio Sergi, en granito negro de Córdoba; "Llaima-Llaima", un busto femenino en piedra; el monumental "Cristo de la Resurrección", en yeso, que luego se fundiría en bronce para ser colocado en el campus de la Universidad de Cuyo. Son también de esta época los dos monumentos a Leandro N. Alem y el monumento a San Martín y O'Higgins.
El escultor dibuja en forma sistemática: un retrato de su esposa, motivos religiosos como "El Profeta Jonás", alguna lámina de tema americano.


1949-1956:
Viaja a la ciudad de Tucumán, contratado como profesor de escultura por la Universidad Nacional de Tucumán.
Tucumán es también un centro artístico relevante que reúne pintores como Lino Spilimbergo y Ramón Gómez Cornet, grabadores como Pompeyo Audivert, dibujantes como Lajos Szálay, y un grupo de orfebres españoles con Pedro Zurro de la Fuente a la cabeza. Horacio Descole es rector de la Universidad, y Guido Parpagnoli es decano del Instituto Superior de Artes.
En el círculo de amigos y colegas figuran, además de los citados, los investigadores en biología y medicina Cecilio Romagna, Giuseppe Cei, Juan Carlos Fasciolo; el médico psiquiatra Juan Dalma; el sacerdote Petit de Murat; el crítico y narrador Enrique Anderson Imbert; el escritor Pablo Rojas Paz; el director de orquesta Félix Cilario; los arquitectos Eduardo Sacriste, Hilario Zalba, Vivanco, Caminos, Traine, Lerena, Enrico Tedeschi; el grabador Víctor Rebuffo, el dibujante y diagramador Eugenio Hirsch, el pintor Luis Lobo de la Vega; y otros artistas plásticos como Nieto Palacios, Timoteo Navarro, Francisco Ramoneda, Medardo Pantoja.
Ocasionalmente Domínguez viaja a Resistencia, Chaco, donde conoce a Aldo y Efraín Boglietti e Hilda Torres Varela, que junto a otros intelectuales han organizado un centro cultural y una residencia para artistas, el Fogón de los Arrieros.
Entre los discípulos del taller de Tucumán, podemos nombrar a Juan Carlos y Juana Briones, Frías, Dato, Fernández Larrinaga, Ana Matilde Aybar, María Eugenia Soria, Brígida Belcuore.
En Tucumán, Domínguez realiza algunas de sus obras escultóricas más importantes: dos retratos del pintor Lino Spilimbergo; dos cabezas en granito y piedra azul, "Leonor", retrato de Leonor Rigau, y "Negro Boxeador", cuyos yesos habían sido ya realizados en Mendoza en 1948; un relieve en piedra roja, "Jeroglífico del Tiempo"; una talla directa, "Guido Parpagnoli", también en piedra roja; un homenaje al prisionero político desconocido, representado por un cráneo de piedra que se cubre con ambas manos las cuencas de los ojos; "La Muerte", en basalto negro; la cabeza del profesor Schreiter; un tercer retrato de su mujer, esta vez en mármol; y sobre todo dos figuras femeninas de casi tres metros de altura, "La Flora" y "La Fauna", que componen el monumento al naturalista Miguel Lillo.
En este período, Lorenzo Domínguez desarrolla y lleva a plenitud la técnica del batido de grandes planchas de hierro o cobre: "El Profeta Jonás", "Lucha entre la Pachamama y la Guerra", "Nuestro Señor Don Quijote", "Adán y Eva", "Judith y Holofernes", "Retrato del Sol", varias planchas sobre las caídas de Don Quijote.
El artista dibuja activamente, produciendo alrededor de un centenar de obras. Continúa con los motivos religiosos y los retratos; inicia las cuatro series de los desnudos y otra sobre temas de Chile; y realiza la extraordinaria serie que llama "Via Crucis de Don Quijote", y otra muy breve sobre el tema de la maternidad.
Su arte es monumentalista, y busca los elementos de lo americano.


1956-1959:
Regresa a Mendoza, a la Escuela Superior de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Cuyo.
Algunos antiguos alumnos vuelven a su taller. Llegan otros nuevos: Carmen Gracia, Mónica Wasmuth, Claudia Zanettini, Chipo Céspedes, Juan Antonio García, Teresa Larrañaga Domínguez, Matías Vial, Eliana Molinelli.
Grandes obras escultóricas de este período son el monumento a Platón, y un torso en granito negro.
Realiza planchas en metal batido: "Santa Bárbara", "Las Montañas", "La Preñada", "La Visita".
En el dibujo, el artista trabaja cada vez con mayor intensidad: continúa con las series de los desnudos y los motivos religiosos, completa la serie sobre Chile, realiza nuevos retratos, ejecuta una serie sobre temas que anticipan su contacto futuro con la Isla de Pascua y otra que llama "Piedras", sucesión de figuras monumentales que parecen salidas de la roca. Entre los dibujos de la serie de los "Temas Varios" hay algunas subseries interesantes, como aquéllas sobre el bombardeo de Barcelona, el parto, o "La Muerte del Conejo".


1960:
En enero de este año, gracias a un subsidio del Fondo Nacional de las Artes, puede concretar el gran sueño de toda su vida: viajar a la Isla de Pascua.
Durante trece meses vive inmerso en la atmósfera estética de la Isla. Escribe un extenso diario artístico-personal en forma de cartas a su esposa.
Realiza alrededor de ciento treinta dibujos inspirados en las esculturas y en los petroglifos pascuenses.


1961-1963:
En enero de 1961 parte de la Isla de Pascua y regresa a Argentina, a su taller de Mendoza.
Esculpe una obra simbólica, una talla directa en piedra roja titulada "La Paz", en la que aparece representado un ángel que quiebra una espada. Realiza, además, dos obras en madera, ambas de inspiración pascuense: "Muchacha Pascuense", y un retrato del padre Sebastián Englert.
Completa numerosas planchas de hierro y cobre batido de tema pascuense: "Barco perseguido por un Aku-Aku", "Jeroglífico de Hanga-Papara", "Komaris", "Make-Make de la Tempestad", el maravilloso "Pájaro en Vuelo", "Pájaros, o El Beso", "Los Náufragos", y "Torso Pascuense". También corresponde a este período el cobre "Nos traen el Desayuno".
Dibuja algunos desnudos y retratos, varias obras de tema religioso, una subserie en la que el Quijote se identifica con Cristo, y otra sobre el tema del naufragio. Un dibujo particular de este período es "El Loco de Amor Vendedor de Melones", verdadero mensaje de amor dedicado a su esposa Clara.


1963:
Muere en Mendoza, el 21 de marzo.


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