III. OBRA



Reflexiones estéticas

Para la estética de Lorenzo Domínguez, es fundamental la afirmación de la libertad de la obra de arte. Sabemos que el artista concibe a la obra de arte como independiente de sus orígenes, ya que relativiza explícitamente la representación como esencia del arte: "Si alguien se pone frente a la Venus de Milo, mientras más ese alguien relacione la estatua con la mujer, menos verá la escultura; y a la inversa, mientras menos vea a la mujer, mejor verá a la estatua. Todas estas obras nacen con un cordón umbilical que las liga a su origen. También en arte hay gentes que confunden el nuevo ser con el originario a causa de ese cordón umbilical. Hay que saber cortarlo a tiempo. Y esto reza lo mismo para el que lo hace que para el que lo contempla" (1).

Pero la obra de arte no es sólo libre respecto a sus orígenes, lo es también respecto a sus fines. Creemos que en Lorenzo Domínguez es fundamental el concepto de autotelia de lo artístico. En primer lugar, porque la obra humana, para poder ser considerada arte, tiene que sobrepasar la finalidad puramente funcional y transmitir o irradiar valores estéticos. Pero sobre todo porque el arte no puede estar al servicio de algo externo a él. Como dice el artista: "Todos los poderes de la tierra han pretendido aprisionar el arte: la política, la religión, la economía, la ciencia, la filosofía, el periodismo . . . Aprisionarlo y dirigirlo. Desde el gobernante hasta el último cronista han creído llevar siempre en su bolsillo las leyes por las cuales se lo debe y se lo puede regir. Muy pocos han entendido que el arte no es servicio social sino un hecho social . . . y que es el arte mismo el solo portador de sus propias leyes, y no la crítica, el periodismo, ni los gobiernos. Muchas veces en la historia el arte ha sido hecho prisionero, pero felizmente cada vez escapa renovado de sus prisiones" (2).


Disciplinas artísticas: esculturas, metales batidos y dibujos

Como ya lo señaláramos en la "nota introductoria", Lorenzo Domínguez fue un artista múltiple. Fue sobre todo un escultor, y como tal produjo alrededor de docientas cincuenta obras en piedra, bronce, madera, cerámica, cemento y yeso. Fue un cultivador de la técnica del metal batido, que combina elementos de la escultura y el dibujo. Produjo treinta y cuatro grandes planchas de hierro y cobre trabajadas a cincel. Fue también un dibujante que completó una obra de magnitud, consistente en alrededor de quinientos dibujos.


A. Esculturas:

La obra escultórica de Lorenzo Domínguez se caracteriza por la variedad de los materiales utilizados. Del total de docientas cincuenta y dos obras registradas en este catálogo, hay setenta y seis piezas en piedra y mármol, muchas de ellas de grandes dimensiones; treinta y cuatro bronces; cinco maderas; nueve cerámicas; trece cementos; y ciento quince yesos.

En este catálogo, las esculturas han sido clasificadas en función del material empleado, y luego secuenciadas según la fecha conocida o probable de su ejecución.


  • Monumentos

    Lorenzo Domínguez define el monumento como "la transposición o exaltación hasta la arquitectura de una personalidad, un acontecimiento o una idea", y añade que como tal debe tener "carácter colectivo y perennidad".

    Desde esta perspectiva, el catálogo presenta esta sección titulada "Monumentos" que repite dieciséis obras de otras secciones. En ella se incluyen piezas realizadas en materiales relativamente perdurables -piedra, bronce, cemento- que se encuentran expuestas en lugares públicos, como parques, plazas y jardines.

    El primer monumento realizado por Domínguez fue el dedicado a Santiago Ramón y Cajal, el gran histólogo español. El monumento, que actualmente se encuentra en el patio de la antigua Facultad de Medicina de Madrid, representa a Cajal de pie, sosteniendo un libro con su mano izquierda. Se trata de una figura compuesta por un cuerpo de líneas casi geométricas y una cabeza venerable más realista que el resto de la figura.

    En Santiago de Chile hay varios monumentos realizados por Domínguez: "A Jaime Pinto Riesco", "A Juan Sebastián Bach", "Al Dr. Germán Valenzuela Basterrica", "Al Dr. Luis Calvo Mackenna", y "A Pasteur". Todos ellos son notables por su calidad, aunque quizás los más "monumentales" sean la cabeza de Bach, en piedra avellana; y el grupo madre-hijo en basalto, de dos metros y medio de altura, dedicado al pediatra Luis Calvo Mackenna. Ambas esculturas se caracterizan por los grandes volúmenes.

    En Argentina Lorenzo Domínguez completa diez monumentos. Al poco tiempo de llegar a Mendoza realiza una cabeza de Pasteur, que actualmente se encuentra en el Hospital Lagomaggiore de Mendoza; y dos cabezas del político Leandro N. Alem, que han sido colocadas respectivamente en un parque y en una escuela.

    Pero el primer conjunto escultórico de vigor y dimensiones excepcionales realizado en Argentina es "A San Martín y O'Higgins", un homenaje a la amistad argentino-chilena, representada por dos figuras que empuñan una única espada. La obra, que se levanta en Mendoza en la plaza Chile, se compone de dos figuras de tres metros y medio sobre un pedestal de dos metros de altura.

    En la Universidad de Cuyo se encuentra una reciente fundición en bronce de un gran Cristo sin cruz, el "Cristo de la Resurrección", cuyo yeso es de 1947.

    Otros monumentos son: "Al Dr. Anacleto Gil", expuesto en el Parque de Mayo de la ciudad de San Juan; "El Profesor Schreiter", expuesto en el Instituto Miguel Lillo de Tucumán; y "Platón", un busto en piedra que inicialmente estuvo en el patio de la antigua Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, y que ahora ha sido trasladado al interior del nuevo edificio.

    Un notable monumento de Lorenzo Domínguez es el conjunto escultórico creado para señalar la tumba del naturalista Miguel Lillo, en el parque del instituto de botánica y zoología que lleva su nombre en la Universidad Nacional de Tucumán. Se trata de dos desnudos femeninos de casi tres metros de altura: una de las figuras, "La Flora", lleva en la cabeza y en las manos guirnaldas floridas; mientras que la otra, "La Fauna", sostiene entre los brazos un cachorro de puma.


  • Piedras

    Lorenzo Domínguez distingue claramente entre material y materia artística (3). El material es la piedra en la cantera, o los colores en el pomo. La materia, en cambio, integra la realidad artística de la obra; es la piedra organizada en la escultura, o los colores organizados en el cuadro. Es decir que la piedra o el bronce son para la escultura lo mismo que el óleo o la acuarela para la pintura. El escultor debe conocer y ser capaz de dominar los materiales de su arte. En la obra plástica lograda, el material se convierte en materia.

    En la gama de los materiales a disposición del escultor, Lorenzo Domínguez atribuye a la piedra un espacio fundamental. Según nos dice Diego Pró (4), para Domínguez la producción escultórica es una lucha entre el artista y el material que se le resiste. No hay buen arte sin lucha, pensaba Domínguez. Cuando el material es débil, el escultor lo doblega fácilmente. Puede hacer lo que quiere, pero a costa de la solidez y los resultados. Es lo que sucede con materiales como la greda y el yeso, materiales "demasiado blandos y obedientes". La piedra, en cambio, se resiste, pero al mismo tiempo colabora, orienta la mano del escultor. Según Domínguez, la piedra tiene voz y vive el proceso de la realización.

    La piedra es el material preferido por el escultor. La escultura que admira sin reserva es de piedra o de mármol: las obras egipcias, los animales tallados por los asirios, la escultura griega hasta Fidias y Praxiteles, la escultura de Miguel Ángel, y las magníficas estatuas gigantes de la Isla de Pascua.

    Desde otro punto de vista, la piedra representa para Lorenzo Domínguez, la vía de expresión auténtica del arte americano: "En Chile me di cuenta de que la escultura en América tiene que ser predominantemente de piedra, como lo ha sido en la América precolombina" (5).

    Aun limitándonos a la sola piedra, las posibilidades de variación son enormes. Domínguez ha explorado las posibilidades que le ofrecen las piedras chilenas y argentinas, las ha trabajado estudiando cada nuevo material, y hasta destruyendo un gran número de obras que no llegaban a satisfacerlo: "El material no se entrega fácilmente al escultor. Hay que conquistarlo día a día, hasta llegar a comprenderlo. Sólo entonces revela sus secretos, sus voces íntimas, sus misterios. No se trata de un conocimiento de química o de geología. Eso no basta. Es preciso conocer la materia con amor para llegar a dominarla, para aprovechar así todas sus posibilidades plásticas. Cosas todas muy fáciles de decir, pero tremendas de realizar. Cada piedra tiene su propia composición, su grado de dureza, su color, sus vetas, sus manchas, lo que exige el empleo de distintos tipos de herramientas, de diferente temple, etc. El mismo pulido depende de los caracteres intrínsecos de las piedras. Muchas no alcanzan su máxima expresión por defecto o por exceso de pulido. . . . En Santiago trabajé la piedra azul -un basalto no muy duro-, piedra hermosa y noble que hoy utilizan muchos. La piedra amarilla, el basalto negro de Chile, el pórfido rojo. En Mendoza encontré después, entre otras, la piedra avellana, la dorada, la rosa-gris, la serpentina, la verde." (6).

    En el período español de 1926 a 1931 hay dos esculturas de mármol particularmente logradas: "Cajal", que muestra influencia de los imagineros españoles de los siglos XVI y XVII, y "Julia".

    En el período chileno de 1931 a 1941 destaca la serenidad clásica de una Santa Olalla de mármol y de un torso de piedra; así como la expresividad de las cabezas de Augusto D'Halmar y Víctor Delhez. Con las piedras "A Juan Sebastián Bach", "Lilión", "Retrato de la Luna" y "Al Dr. Luis Calvo Mackenna" llega a una plenitud temprana la orientación plástica más definida en Lorenzo Domínguez, la monumentalista, que considera la escultura como ordenación arquitectónica de grandes volúmenes.

    En Mendoza, entre 1941 y 1949, Domínguez realiza una serie de retratos en piedra. Son los retratos de su esposa Clara, del pintor Francisco Bernareggi, de Beatriz Capra, de Pasteur, de Alem, de Paco Correas, del poeta Jorge Enrique Ramponi, de Hipólito Digiovanni, de Zezette Daneo, del pintor Ramón Gómez Cornet, de Dorita y Francisco Amengual, del grabador Sergio Sergi, de Ana Villar, de María Ticac. En este período Domínguez completa, además, obras simbólicas con elementos figurativos: "El Planeta Venus", "Lucerito", el proyecto de monumento a Miguel Servet, el monumento a San Martín y O'Higgins.

    Entre 1949 y 1956, en Tucumán, Domínguez realiza nuevas obras simbólicas en piedra, que resultan más abstractas que las anteriores: un relieve en piedra roja, "Jeroglífico del Tiempo", casi una alegoría que reúne símbolos del tiempo como la tortuga o los pies que marchan; un homenaje al prisionero político desconocido, un cráneo de piedra que se cubre con ambas manos las cuencas de los ojos; una representación negra y geométrica de la muerte, hecha en basalto. Hay más retratos: del pintor Lino Spilimbergo, de Leonor Rigau, del boxeador cubano conocido como "Young Herrera", de Guido Parpagnoli, un tercer retrato de su esposa... Sus obras escultóricas tienen características monumentalistas, y algunas son además de grandes dimensiones: "El Profesor Schreiter", "La Flora", "La Fauna".

    Entre 1956 y 1963, en Mendoza, completa tres obras en piedra: un busto de Platón; un torso en granito negro; y una obra simbólica, "La Paz".


  • Bronces

    Los bronces son una manifestación temprana en la evolución artística de Lorenzo Domínguez. Entre los bronces correspondientes al período chileno se destacan: el monumento al médico Jaime Pinto Riesco; el busto del arzobispo Crescente Errázuriz, en el que el bronce aparece combinado con la madera; el retrato de Elisa Bindhoff antes de convertirse en esposa de André Breton; "Santa Olalla"; "Eliana"; otros retratos como "Elena Bezanilla" y "Elena Correa", una cabeza del pintor Pablo Burchard, otra del profesor Alejandro Lipschutz, una del pintor Hernán Gazmuri, y un retrato de la escultora chilena Lily Garafulic, "Lilión".

    En Argentina, en Mendoza, Domínguez completa otros bronces, entre los que sobresale la cabeza de Beatriz Capra, que hoy se encuentra en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. En Tucumán, en 1950, Domínguez realiza el retrato del gran pintor y amigo Lino Spilimbergo.

    Cuatro bronces incluidos en este catálogo son fundiciones recientes de yesos del artista: "Clara", con yeso original de 1942; "Hipólito Digiovanni", con yeso de 1944; el monumento "Cristo de la Resurrección", emplazado en la Universidad Nacional de Cuyo, con yeso de 1947; y un boceto de "La Flora", con yeso de 1951. Sin duda la sección de los bronces está destinada a crecer a medida que se vaya completando el proyecto artístico de fundir los yesos dejados por el escultor.


  • Maderas

    Esta sección incluye sólo cinco obras. Tres de ellas merecen una mención especial: el Cristo de 1946, en madera coloreada y sobredorada; y las dos cabezas de tema pascuense realizadas poco antes de su muerte: "Muchacha Pascuense", de 1961, y "El Padre Sebastián Englert de la Isla de Pascua", de 1962.


  • Cerámicas

    Este catálogo registra nueve piezas de cerámica. Muy interesante es "Barcelona", símbolo de la guerra, que muestra una madre que levanta los ojos hacia los aviones que bombardean, mientras sostiene en los brazos a su hijo. Junto a esta maternidad trágica, hay una maternidad juguetona, "La Mamita", de 1953, representada por una niña que acuna en los brazos una muñeca. Se destacan un desnudo, titulado precisamente "Desnudito", y algunas cabezas y máscaras femeninas: "Lita", "Clara Federica", y "Cecil Cook" hecha en terracota.


  • Cementos

    Lorenzo Domínguez realiza trece obras en cemento, la mayoría de las cuales han sido realizadas también en otros materiales: "Santa Olalla", "Retrato de la Luna", "Nuestro Señor Don Quijote", "El Poeta Ramponi", "Mendoza", "María Ticac", "San Martín, Estudio para la Cabeza", "La Virgen de la Esperanza", "La Señorita".

    Hay dos obras que sólo existen en cemento. Una es el mausoleo de la familia Yankovic-Garafulic, realizado en Chile en 1936. En esta obra dos grandes frisos de cemento flanquean una puerta doble. Cada friso presenta tres figuras humanas. En la puerta aparecen manos de bronce en actitud de plegaria. La segunda obra es la "Fuente de la Ciencia", de 1954, un monumento ubicado en el Instituto Miguel Lillo de Tucumán, compuesto por un búho de gran tamaño que simboliza la sabiduría, y una fuente y un muro decorados.


  • Yesos

    Los yesos identificados hasta el momento suman un total de ciento quince. Muchas obras en yeso tienen una versión en otros materiales, por lo que aquí nos limitaremos a mencionar algunas que aún no han sido vertidas al bronce o a otros materiales duros.

    "Jacqueline", de 1937, es un busto femenino con ecos clásicos. "Barcelona", de 1941, una obra de la cual ya hablamos al referirnos a las cerámicas, es una maternidad trágica que simboliza la guerra. "Fanny Gutiérrez", también de 1941, es el retrato de una hermana del artista. "Gilberto Suárez Lago", de 1942, es el retrato de un político mendocino. "La Casada", de 1943, es una obra de grandes dimensiones cuyo original, aparentemente perdido, quedó en la Universidad Nacional de Tucumán cuando el artista retornó a Mendoza en 1956. De esta obra sólo se ha podido identificar un vaciado imperfecto, tal vez realizado por un alumno, que ha sido colocado en el edificio del Centro Cultural de la Universidad. "Irma", de 1944, es un retrato de Irma Aragonés; "Ana Villar de Domínguez", de 1945, es una cabeza, retrato de su madre. "La Infantita Mendocina", de 1947, es un proyecto de monumento a la hija de San Martín que a la vez sugiere el tema de la maternidad. "La Antártida Argentina", de 1950, es un conjunto formado por una recia figura femenina acompañada por un lobo marino. Entre los retratos de 1948 podemos citar: "Argentina Gómez Cornet", esposa del pintor Ramón Gómez Cornet; "Estelita Civit", esposa del arquitecto mendocino Manolo Civit; y "Fernando Mas Robles", retrato del médico español que fuera su gran amigo. En 1951 Domínguez realiza el retrato del Dr. Horacio Descole, entonces rector de la Universidad Nacional de Tucumán; y en 1952, el interesante retrato del grabador Pompeyo Audivert.


    B. Planchas de Metal Batido:

    Se trata de una expresión plástica muy característica de Lorenzo Domínguez. El artista trabaja el metal partiendo del dibujo, pero persiguiendo siempre la tercera dimensión. La técnica consiste en el batido a martillo, o a cincel y martillo, de grandes planchas de hierro o cobre. Durante el proceso del batido, la plancha de metal se apoya sobre una mezcla preparada a base de alquitrán que se encuentra a una temperatura apenas elevada, a fin de que el material ofrezca resistencia pero a la vez posea plasticidad.

    Este catálogo registra treinta y cuatro planchas de hierro y cobre, de un tamaño de alrededor de 70 x 50 cm. Las planchas están ordenadas por fecha de ejecución.

    Lorenzo Domínguez desarrolla y lleva a la plenitud esta técnica en su período tucumano, entre 1949 y 1956. Las planchas reflejan temáticas constantes del artista: las figuras del Viejo y Nuevo Testamento, las figuras americanas precolombinas, y sobre todo el Quijote. Nacen entonces: "El Profeta Jonás", "San Juan Bautista", "Lucha entre la Pachamama y la Guerra", "Nuestro Señor Don Quijote", "Adán y Eva", "Judith y Holofernes", "Retrato del Sol", "La Visitación". Ocho planchas componen la serie en hierro de las "caídas" de Don Quijote: "Ahorcamiento de la Mano", "Crucifixión en la Locura", "Crucifixión en la Salud", "Choque con la Locura", "El Muro Invisible", "La Censura", "La Mano Creadora" y "El Espolio".

    Entre 1956 y 1959, de vuelta en Mendoza, Domínguez realiza: "Santa Bárbara", "Las Montañas", "La Preñada", "La Visita".

    En 1961, lleva a cabo "Nos traen el desayuno", un gran cobre batido sobre el tema de la servidumbre crucificada. En la plancha de cobre la madre y el hijo aparecen con los clavos y la corona de espinas de la crucifixión cristiana.

    Entre 1961 y 1963, Domínguez realiza numerosos hierros y cobres de tema pascuense: "Jeroglífico de Hanga-Papara", "Komaris", "Barco perseguido por un Aku-Aku", "Make-Make de la Tempestad", el extraordinario "Pájaro en Vuelo", "Pájaros, o El Beso", "Los Náufragos", y un torso pascuense.


    C. Dibujos:

    Lorenzo Domínguez, como muchos otros escultores, tenía la pasión y la disciplina del dibujo. Este catálogo registra alrededor de quinientos dibujos, todos ellos de gran valor artístico, y escultóricos en su concepción, ya que el artista trabaja fundamentalmente con los grandes volúmenes.

    Por razones de claridad, hemos presentado los dibujos en grupos temáticos. Se han identificado en total veintitrés series. Dentro de cada una, las obras han sido ordenadas por fecha de ejecución.

    Cuatro series podrían agruparse bajo el título genérico de "Desnudos":

  • Serie de los Desnudos de Pie

  • Serie de los Desnudos Sentados

  • Serie de los Desnudos Reclinados

  • Serie de Dos Desnudos

    Los desnudos de Lorenzo Domínguez son dibujos de su período de plenitud. El artista comienza con esta temática en 1954, en Tucumán, y continúa hasta poco antes de su muerte, alcanzando a completar un total de docientos desnudos.

    El desnudo en arte representa la búsqueda de lo esencial, el rechazo del adorno y de la máscara. En el caso de Domínguez se trata siempre de desnudos femeninos, y el dibujo va desde el realismo a la estilización.


  • Serie del Via Crucis de Don Quijote

    Se trata de la transposición plástica de las caídas del personaje de Cervantes. La serie reúne treinta y dos dibujos, ya que además de las versiones definitivas de las veinticuatro caídas, incluye algunas variantes y estudios previos. Cuando Lorenzo Domínguez completó la serie, se pensó incluso ilustrar con estos dibujos una edición especial de la novela de Cervantes.

    A Lorenzo Domínguez el personaje de Don Quijote le atrajo siempre, como lectura y tema de meditación primero, como motivo plástico después.

    En la figura del caballero andante el artista encuentra símbolos permanentes. Sus caídas son de diverso origen. Hay caídas causadas por la crueldad o la vulgaridad, como "Choque con el Servilismo", donde Don Quijote se encuentra con los mercaderes y es golpeado por el mozo de mulas; o "Choque con la Brutalidad", donde es golpeado por un cabrero; o "El Sadismo", que alude al episodio en que los duques, por burla, sueltan un saco de gatos enfurecidos que atacan y hieren al caballero; o "Ahorcamiento de la Mano", donde Maritornes se burla de él dejándolo colgado de una mano durante toda una noche; o "Emporcamiento del Genio", donde Don Quijote es arrollado por una piara de cerdos.

    Hay caídas causadas por la ingratitud, como "El Espolio", donde Don Quijote libera a los galeotes y luego es robado por ellos; o "La traición de Sancho", donde es golpeado por su propio escudero; o "Choque con la Amistad", donde Don Quijote es derribado por su amigo, el Bachiller Sansón Carrasco, disfrazado de Caballero de la Blanca Luna.

    En "Choque con la Lujuria", la caída de Don Quijote es causada por los golpes del arriero enamorado de Maritornes.

    A veces es la fantasía la que naufraga, provocando una caída. Hay un "Primer Naufragio de la Fantasía", que alude al viaje y catástrofe de Don Quijote durante su travesía en el barco encantado; y un "Segundo Naufragio de la Fantasía", que alude al viaje y catástrofe de Don Quijote durante su cabalgata en el caballo volador.

    Hay caídas provocadas por la locura. Por la locura poética de "Crucifixión en la Locura", donde Don Quijote aparece crucificado en el simbólico molino de viento. O por la locura patológica de Cardenio, en "Choque con la Locura".

    Interesantes y polémicas para quien contempla hoy este muy contemporáneo Via Crucis son caídas como "La Censura", donde Don Quijote es enjaulado y silenciado por figuras representativas de la comunidad, el cura y el barbero; o el "Choque con el Poder", donde Don Quijote cae del caballo apabullado frente a la potencia aristocrática del duque y la duquesa.

    Verdaderas caídas políticas resultan "La Guerra Civil" y "Espanto del Futuro". En el primer dibujo España combate contra España, y el simbólico Don Quijote es atacado y atropellado por una manada de toros, también ellos símbolo de España. En el segundo dibujo hay un anacronismo deliberado cuando Don Quijote cae del caballo a la entrada de Barcelona, como golpeado por el presentimiento de la Guerra Civil Española. La escultura que figura en el dibujo es una obra del propio Lorenzo Domínguez, "Barcelona", un homenaje a las víctimas de los bombardeos.

    En la última caída, "Crucifixión en la Salud", se refuerza la dimensión religiosa del personaje ya planteada en "Crucifixión en la Locura". Es la caída en que Don Quijote deja de serlo. En el dibujo, el personaje de Cervantes se ubica al centro de la composición. A su derecha y a su izquierda, en reiteración de las figuras femeninas de la crucifixión cristiana, se encuentran el ama y la sobrina. Cuando Don Quijote quiebra la lanza, sus brazos se transforman en los brazos de una cruz. Y en esa cruz muere Don Quijote, quedando sólo Alonso Quijano.


  • Serie de los Retratos

    Esta serie comprende veinticinco dibujos.

    Muchos de los retratos nacen en el ámbito familiar: "Clara Federica" y "Clara", retratos de su esposa; "Fernán", "Lorenzo" y "Federica", retratos de sus hijos; y "Ana Villar", retrato de su madre.

    La mayoría de los demás retratos son anónimos, o a lo sumo conservan el primer nombre del modelo: "Niño", "María Rosa", "Gloria", "Muchacha Tucumana", "Mujer a Cuadros", "Retrato", "Muchacha Mendocina"... Una excepción es el retrato de su amigo, el pintor Lino Spilimbergo, realizado en 1950.


  • Serie de los Temas Religiosos

    Sin ser un hombre religioso en el sentido doctrinario, Lorenzo Domínguez tiene conciencia de lo sagrado y conoce profundamente los textos bíblicos. Reflejo de este rasgo personal son los treinta y un dibujos de esta serie.

    El Viejo Testamento inspira "El Profeta Jonás"; varios dibujos sobre "Judith"; y "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis". El Nuevo Testamento es la base de dibujos como "Verónica", "Virgen", y varios dibujos sobre el tema de la visitación de Santa Isabel a la Virgen. Hay también figuras de la historia cristiana posterior: "Santa Juana"; "Santa Bárbara"; y dos dibujos titulados "Virgen de Luján" destinados a un hierro batido o a una lápida de piedra para la tumba de su madre.

    Pero es sobre todo la figura de Cristo la que domina el panorama de los dibujos religiosos: "Cristo", de 1953; "La Destrucción de El Hombre", de 1955; "El Beso de Judas", uno de los más hermosos que el artista haya realizado, de 1956; "Cristo y San Juan" y "El Mal Ladrón", ambos de 1957. Se destacan tres dibujos de Cristo de 1961: una figura completa; y dos rostros, uno de los cuales fue realizado en la Isla de Pascua.


  • Serie de las Maternidades

    Es una serie muy breve que incluye sólo cuatro obras de interesante composición. Entre todas se destaca "Mamita", dibujo que remite a esculturas de yeso y cerámica sobre el tema de la niña y la muñeca.


  • Serie Anticipos de la Isla de Pascua

    En los cinco dibujos de esta serie aparecen un pájaro antropomórfico y diversas estilizaciones de la semilla. Estos dibujos fueron realizados entre 1957 y 1959, es decir antes de que el artista viajara a la Isla de Pascua, pero muestran coincidencias con las temáticas y las formas de los petroglifos que luego encontraría en la Isla, como leemos en la cita del artista incluida en nuestra descripción de la Serie de los Komaris.


  • Serie de las Piedras

    Se trata de una serie de quince dibujos que el artista llamaba "Piedras", y que presentan forma de roca o de conjuntos de rocas.

    "Mujer Reclinada", de 1955, es un grupo de piedras cuyas formas evocan una figura femenina.

    Otros dibujos representan bloques de piedra que sugieren figuras diversas. En el dibujo Nro. 2, "Piedra", de 1957, la roca es también la cabeza de un animal con grandes colmillos. Alguna vez el artista incluyó esta especie de monstruo mitológico entre los que llamaba los "hombres-bestias".

    "Juan Sebastián Bach", de 1957, es también una figura pétrea, un bloque de piedra.

    Hay tres dibujos titulados "Vía Láctea" evidentemente relacionados con la escultura de piedra del mismo nombre.

    Cuatro bloques pétreos de 1957 evocan al demonio y a Cristo.

    Los cuatro últimos dibujos de esta serie de las Piedras (Nros. 12 al 15) se titulan simplemente "Piedra", y corresponden todos a 1957. Curiosamente, el dibujo Nro. 12 fue repetido años más tarde por el artista, ya que hay un dibujo casi idéntico realizado en la Isla de Pascua (Serie de las Piedras Pascuenses Nro. 1).


  • Serie de la Mitología de Chile

    En esta serie encontramos quince dibujos sobre el Chile indígena y contemporáneo.

    Dos dibujos de 1954 tienen como tema la ciudad portuaria de Valparaíso desde una perspectiva actual.

    Se inspiran en cambio en el Chile precolombino y en la herida que provocó la conquista española cinco dibujos de 1956, tres sobre la mujer araucana, "Venus Araucana"; y dos sobre el cacique Caupolicán.

    La serie incluye también ocho dibujos realizados en 1957 en honor de la poetisa chilena Gabriela Mistral. Estos dibujos son interesantes para comprender los procesos plásticos del diseño de Domínguez porque presentan distintos grados de abstracción en la elaboración de una figura.


  • Serie de los Temas Varios

    La serie consta de veintiocho obras sobre temas muy heterogéneos, e incluye algunas subseries interesantes como "Venus Metropolitana", de connotaciones eróticas, de 1947; los dibujos sobre cóndores, de 1956; los tres dibujos de 1957, sobre la matanza del conejo en el campo español; y una subserie sobre el tema del parto, también de 1957.

    Mención aparte merecen dos dibujos titulados "Barcelona", sobre el tema de la Guerra Civil Española y los bombardeos nazis.

    El mundo precolombino ha sido evocado en "Lucha entre la Pachamama y la Guerra", probablemente de 1944. Mientras que "Aristóteles" y "Los Pegasos", ambos de 1949; y "Platón", de 1959, evocan la Grecia clásica.

    Un dibujo de esta serie es "Nos Traen el Desayuno", a cuyo tema nos hemos referido al hablar sobre el cobre batido que se inspira en este dibujo.

    Una figura relevante del ambiente cultural español, muy cercana a la experiencia juvenil del artista, aparece evocada en "Valle Inclán", de 1962.

    En esta serie se destacan dos dibujos realizados en 1961, titulados "Yo Sé Quién Soy", que hacen referencia al capítulo V de la gran novela de Cervantes, y que son una síntesis plástica de dos figuras que se reiteran en la obra de Lorenzo Domínguez, Cristo y Don Quijote. En estos dibujos, Don Quijote aparece representado como Cristo, con corona de espinas o con halo de santidad, y con una mano alzada en gesto de bendecir.

    Finalmente, forma parte de esta serie un dibujo al cual ya nos hemos referido al hablar sobre la vida del artista, "El Loco de Amor Vendedor de Melones", que encierra un mensaje a la vez humorístico y amoroso, dedicado a su esposa Clara.


    Dibujos de la Isla de Pascua:

    Once series podrían agruparse bajo el título común de "Dibujos de la Isla de Pascua". Los dibujos, realizados en la Isla o muy poco después de abandonarla, son aproximadamente ciento treinta. Es importante aclarar que al realizar estos dibujos Lorenzo Domínguez toma como fuente de inspiración las esculturas y los petroglifos pascuenses, pero que -fiel a su credo estético fundamental- no realiza dibujos "documentales". Como él mismo dice: "He huido del documento. Muchas de estas cosas no sé si las he visto o sólo las hago yo, pues dibujo un poco de lo que veo, otro poco de lo que está detrás de lo que se ve, otro poco de lo que está adentro de lo que se ve, y todo lo que puedo de lo que no se ve" (7).


  • Serie de los Moais

    Lorenzo Domínguez completa veintinueve dibujos inspirados en los "moais" o esculturas gigantes de piedra. Sobre estas estatuas dice: "Son todas de una gran belleza plástica, impresionantes e imponentes, no sólo por sus grandes dimensiones, sino por su concepción monumental exenta de todo gigantismo o monstruosidad. No son monstruos deformes o acromegálicos como algunos investigadores han sostenido. Son bellas y armoniosas, dignificadas y sublimadas por una geometrización inteligente, dominante y enérgica que las hace fuertes y vigorosas, pero al mismo tiempo llenas de matices y suavidades en la forma externa, sólidas de estructura constructiva, cargadas de contenido, con una expresión poética y trágica a la vez que las llena de misterio" (8). Y agrega: "La abstracción volumétrica y formal, en las estatuas que he podido observar, es rigurosa. El conocimiento del natural de los artistas que las realizaron es extraordinario. He estudiado, por ejemplo, alguna oreja completa a la que, con todas las abstracciones y deformaciones del caso, no falta un solo elemento anatómico. . . . Lo mismo puede observarse en la boca y en las narices, la frente, el maxilar, el cuello, el pecho con sus masas pectorales, utilizando todos los relieves y planos óseos o musculares al máximo en la estilización en una forma personalísima y genial" (9). Se trata, pues, de una escultura que partiendo de un conocimiento directo del natural llega a una etapa de abstracción plástica.

    En los dibujos de Domínguez, los moais se denominan a veces en forma genérica: "Moai"; o "Moai del Ahu Akivi", es decir moai que forma parte del "ahu" o monumento de ese nombre; o bien "Moai del Rano-Raraku", es decir moai de la ladera del volcán principal de la Isla. En algunos de los dibujos, los moais han sido identificados por su antiguo nombre, como "Piro-Piro". Otros tienen nombres más o menos auténticos, asignados por los nativos, como el moai "Hina-Riru", que lleva el nombre del primer escultor que llegó a la Isla. Pero muchos tienen nombres dados por el propio escultor: "El Ángel"; el "Moai del Terrible Tajo", que se inspira en una escultura con una profunda fisura en la piedra; o "El Cristo" llamado así porque, como dice el artista, "me recordaba mucho a una cabeza de madera policromada de un Cristo románico maravilloso que hay en el Louvre"; "El Viejo"; "Moai de la Oreja Labrada"; "Centinela", "Moai Sonriente"; o "Moai Florido", en alusión a "pua-mae'a" o "flor de la piedra", el liquen de la Isla de Pascua que invade la roca embelleciéndola y destruyéndola.

    Los dibujos de Lorenzo Domínguez son siempre estilizaciones, pero con diferencias de grado. Algunos dibujos parecen estar cerca de la escultura original, como el "Moai del Ahu Akivi"; mientras que otros tienden más a una geometrización de las líneas, como los moais Nro. 1 y Nro. 4.

    Esta serie de los moais tiene un fuerte impacto estético sobre el contemplador, pero hay además un impacto emocional y metafísico al que resulta difícil sustraerse. Creemos que en esta serie Lorenzo Domínguez sintetiza a nivel plástico dos ideas antagónicas de la temporalidad humana, ya que algunos dibujos evocan la muerte al poner de manifiesto los devastadores efectos de la corrosión, mientras que otros son de una belleza tan neta que simbolizan la perfección de la eternidad.


  • Serie de los Make-Makes

    La serie reúne treinta y dos dibujos de make-makes, o petroglifos que representan un dios de grandes ojos. Los make-makes de Domínguez son estilizaciones contemporáneas de las antiguas estilizaciones pascuenses. Su efecto sobre el contemplador profano, ajeno a la cultura de la Isla, es el de una sucesión de máscaras teatrales.

    Son particularmente interesantes, por el grado de abstracción alcanzado y por su poder de sugerencia, el make-make Nro. 1, o "Make-Make de la Tempestad", que fue motivo de un excepcional cobre batido; y los make-makes Nros. 3, 5, 9 a 12, 14 a 16, 19, y 22 a 26.

    El valor estético que los make-makes tienen para Domínguez se evidencia cuando, refiriéndose a la cueva de Ana-O-Heu, plena de make-makes, dice que "es el paraíso perdido de la plástica, la reconquista de toda libertad en el arte" (10).


  • Serie de los Hombres Pájaros

    Esta serie comprende diecisiete dibujos. Los hombres pájaros pascuenses eran "seres mitológicos, mitad hombres, mitad pájaros, que simbolizaban al héroe triunfador que en una determinada época del año lograba para su tribu el primer huevo puesto por los pájaros marinos en los islotes que frente a esa parte de la costa se levantan, eligiéndose así como rey de la isla al jefe de su tribu. . . . Se lanzaban los jóvenes competidores descendiendo por los acantilados de docientos metros a pico sobre el mar, para nadar hasta los islotes erizados de rocas como agujas, buscar allí los huevos de los pájaros marinos y regresar a Orongo. Muchos perecían . . . pero el portador del primer huevo intacto hacía rey al jefe de su tribu, y su acto era perpetuado por escultores en las rocas mismas . . ." (11).

    En los dibujos de Domínguez los hombres pájaros aparecen a veces portando el huevo de la leyenda; o bien combinados con motivos de otros petroglifos, especialmente komaris, make-makes, o peces. Frecuentemente, los dibujos presentan grupos de hombres pájaros.


  • Serie de las Manos de Moai

    La serie consta de diez dibujos.

    Las manos de los moais pascuenses son casi una anomalía, porque en el conjunto de una escultura monumentalista se destacan por su delicadeza y por su tendencia a la segunda más que a la tercera dimensión. Sobre este tema de las manos de los moais, Domínguez dice: "Los brazos son geométricos y poderosos de volumen, y las manos en general con tan poco relieve que se diría, a veces, sólo grabadas en la masa del vientre, pareciendo femeninas de puro finas y estilizadas, como en éxtasis hacia el sexo tan realista y anatómico" (12).


  • Serie de los Komaris

    Se trata de siete dibujos sobre el tema de los komaris, o vulvas. Sobre ellos dice Domínguez: "Estos komaris que yo no conocía hasta venir a la Isla, o en los que por lo menos nunca había reparado, tienen bastante semejanza con mi serie de las semillas, y representan el sexo femenino..." (13).


  • Serie de los Torsos Pascuenses

    Se trata de una serie de seis torsos femeninos, monumentales o estilizados, cinco de los cuales fueron realizados en la Isla, mientras que el sexto fue realizado en Mendoza en febrero de 1962. En uno de estos dibujos se inspira un cobre batido también de 1962.


  • Serie de los Pájaros

    Los cinco dibujos de la serie repiten el motivo de dos pájaros enfrentados y unidos por el pico, de ahí el doble título dado a estos dibujos: "Pájaros, o El Beso". El motivo fue llevado al cobre batido.


  • Serie del Pájaro en Vuelo

    Se trata de una serie de cinco dibujos sobre el grabado en piedra que Lorenzo Domínguez consideraba como la culminación estética de los petroglifos de la Isla: "Ya casi en vísperas de mi partida di en Anakena con un extraordinario petroglifo. En un gran sillar 'paenga' de ahu, o sea en uno de los bloques de muro, de 1.20 m. de frente por 1 m. de altura y 0.50 m. de espesor, está grabado un bellísimo pájaro u "hombre pájaro" tan genialmente estilizado y tan bien colocado en el plano de la piedra, que asombra. La piedra está parada frente al mar, al mar de cobre de esa lindísima playa que es Anakena. No sé quién habrá levantado esa piedra, pero tiene que haber sido alguien de gran sensibilidad. El pájaro de Anakena es una de las cosas más hermosas que he visto nunca. Suerte es que esté aún allí, pues sería orgullo de cualquier museo" (14).

    En otra oportunidad Domínguez se refiere a su propio dibujo inspirado en este petroglifo y dice: "He hecho el dibujo más lindo de mi vida. Una estilización del pájaro en carbón, sobre un papel blanquísimo. . . . La llamo "El pájaro", un pájaro que vuela al infinito y del infinito viene..." (15).

    Al regresar a Argentina, Lorenzo Domínguez retomaría el tema del pájaro en vuelo en la realización de un hierro batido que ya hemos señalado como uno de sus grandes logros.


  • Serie Marina

    Esta serie, también breve pues sólo incluye cinco dibujos, se inspira en un petroglifo de Tongariki y en los petroglifos "papa rona", o petroglifos grabados en el suelo, que el artista encontró en el interior de la bahía de La Pérouse, en Te-Peka-Peka. Los dibujos tienen como tema algunos animales marinos: peces como el atún o el toyo, peces agrupados con una estrella de mar, y unos extraños pulpos que tal vez sean representación del demonio.


  • Serie de las Piedras Pascuenses

    Se trata de cinco dibujos sobre piedras con formas particulares, incluyendo algunas que sugieren la muerte o la calavera.


  • Serie de Otros Temas Pascuenses

    La serie se compone de doce dibujos sobre variados temas pascuenses.

    Un dibujo, que el artista considera uno de los más "bonitos" realizados por él, se titula "Barco Perseguido por un Aku-Aku", y representa un barco sobre el que se cierne "un pájaro fantástico que debe ser el demonio" (16). El dibujo dará luego origen a un extraordinario hierro batido.

    Dos dibujos representan un rostro cubierto con una mano. Uno de ellos tiene la peculiaridad de haber sido realizado con tierra de la Isla.

    Tres dibujos tienen por tema el mono, o el hombre mono: "Conjunto de Hombres Mono", y dos dibujos titulados "El Potente".

    Otros tres dibujos se inspiran en petroglifos sobre el tema de la flor, o la fecundación. Son dibujos sobre jeroglíficos de Hanga-Papara y Te-Peka-Peka.

    Los tres últimos dibujos de la serie, titulados "Los Náufragos", presentan unos increíbles remos antropomórficos. En cada dibujo la muerte ha sido simbolizada por un grupo de calaveras talladas en remos de madera. Posteriormente, Lorenzo Domínguez llevará al hierro batido este motivo de los náufragos.



    Exposiciones de la obra de Lorenzo Domínguez

    1939. Riverside Museum, New York, Estados Unidos, junio-setiembre. Exhibición de Arte Latinoamericano. Tres esculturas (Lilión, Santa Olalla, Cajal).

    1941. Universidad Nacional de Cuyo, Academia de Bellas Artes, Mendoza, Argentina, 3 de octubre. Treinta esculturas.

    1942. Toledo Museum of Art, Estados Unidos. Exposición de grandes fotografías sobre Arte Contemporáneo Chileno. Participa con ampliaciones fotográficas de tres esculturas (Monumento a Calvo Mackenna, un desnudo femenino, Profesor Lipschutz).

    1942. Galería de la Sociedad Amigos del Arte, Buenos Aires, Argentina. Treinta y tres esculturas.

    1944. Galería Müller, Buenos Aires, Argentina.

    1945. Galería Feltrup, Mendoza, Argentina. Diecisiete esculturas.

    1948. Galería Van Riel, en la inauguración de las actividades de la galería. Buenos Aires, Argentina, 10 de mayo.

    1950. Instituto Superior de Artes, Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, Argentina.

    1951. Plaza 25 de Mayo, Resistencia, Chaco, Argentina. Con el patrocinio del Instituto Superior de Arte de la Universidad Nacional de Tucumán y del "Fogón de los Arrieros" de Resistencia.

    1952. Galería Viau, Buenos Aires, Argentina, 20 de octubre.

    1952. Invitado especial al Salón Libre de "El Cardón", Tucumán, Argentina.

    1953. Invitado de honor al XIII Salón de Artes Plásticas, Tucumán, Argentina, 8 de julio.

    1955. "Cervantes Centro del Libro". Tucumán, Argentina, 22 de abril. Exposición de los dibujos del Via Crucis de Don Quijote.

    1956. Instituto de Artes Plásticas de la Universidad de Chile. Santiago, Chile, 13 de marzo. Exposición de los dibujos del Via Crucis de Don Quijote.

    1956. Galería Van Riel, Buenos Aires, Argentina, julio. Exposición de los dibujos del Via Crucis de Don Quijote y de diez esculturas.

    1956. Biblioteca General San Martín, Mendoza, Argentina, diciembre. Exposición de los dibujos del Via Crucis de Don Quijote y de diecinueve esculturas.

    1959. Biblioteca General San Martín, Mendoza, Argentina, octubre. "Ochenta dibujos y una escultura".

    1961. Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina, noviembre. Exposición de dibujos, hierros batidos y fotografías de la Isla de Pascua.

    1962. Galería D'Elia, Mendoza, Argentina, octubre. Exposición de hierros, cobres y dibujos pascuenses.

    1963. Galería D'Elia, Mendoza, Argentina, 20 febrero. Exposición de dibujos pascuenses: Manos de moai.

    1963. Museo Provincial de Bellas Artes, Tucumán, Argentina, agosto. Exposición póstuma de hierros, cobres, dibujos y fotografías de la Isla de Pascua.

    1963. Biblioteca General San Martín, XVIII Salón de Artes Plásticas, Mendoza, Argentina, octubre-noviembre. Exposición homenaje.

    1963. Salón de Artes Plásticas de la Ika, Mendoza, Argentina, noviembre-diciembre. Exposición homenaje.

    1965. Dirección Provincial de Cultura, Mendoza, Argentina, 20 marzo. Exposición homenaje. Ciento sesenta esculturas, metales batidos y dibujos.

    1975. Teatro General San Martín, Buenos Aires, Argentina.

    1985. Universidad Nacional de San Luis, Salón de las Artes, San Luis, Argentina, 2 diciembre. Diez esculturas y metales batidos.

    1998. Museo Municipal de Arte Moderno, Mendoza, Argentina, 16 abril-3 de mayo. Cincuenta esculturas, veinte planchas de metal batido, setenta dibujos.



    Obras en museos

    1: Cajal, Madrid, España. Cabeza en bronce (yeso original: 1929; fundición en bronce: 1934). Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina, Cf. BR2.

    2: Lilión, Santiago, Chile, 1937. Cabeza en bronce, 35 cm. Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago, Chile, Cf. BR24.

    3: Retrato del Pintor Hernán Gazmuri, Santiago, Chile, 1937. Cabeza en bronce, 34 cm. Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago, Chile, Cf. BR26.

    4: Pasteur, Santiago, Chile, 1942. Yeso, 48 cm. Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago, Chile, Cf. Y26.

    5: Pasteur, Santiago, Chile, 1942. Piedra verde, 52 cm. Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago, Chile, Cf. P22.

    6: Beatriz Capra, Mendoza, Argentina. Bronce (yeso original: 1943; fundición en bronce: 1944). Cabeza. Primer retrato de la escultora, 44 cm. Inicialmente propiedad del crítico de arte Jorge Romero Brest, actualmente propiedad del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina, Cf. BR28.

    7: Ramón Gómez Cornet, Mendoza, Argentina, 1948. Cabeza en piedra avellana, aprox. 40 cm. Museo Provincial de Bellas Artes, Santiago del Estero, Argentina, Cf. P55.

    8: Manuel de Falla, Proyecto de Monumento, Tucumán, Argentina, 1951. Yeso. Museo Manuel de Falla, Alta Gracia, Córdoba, Argentina, Cf. Y100.

    9: Cristo, Tucumán, Argentina, aprox. 1951. Plancha de hierro batido, 65 x 50 cm. Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina, Cf. BR32.

    10: La Visitación, Tucumán, Argentina, 1954. Plancha de cobre batido, 65 x 50 cm. Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina, Cf. PM20.

    11: Emporcamiento del Genio, XXIII Caída, Tucumán, Argentina, 1955. Dibujo, aprox. 50 x 65 cm. Serie de las Caídas de Don Quijote. Museo Emiliano Guiñazú, Mendoza, Argentina, Cf. VCQ32.



    Notas

    1. L. Domínguez, citado por D. F. Pró, Tiempo de piedra, p. 143.

    2. L. Domínguez, citado por D. F. Pró, Tiempo de piedra, p. 41.

    3. 3. Cf. D. F. Pró, Tiempo de piedra, p. 38.

    4. Cf. D. F. Pró, Tiempo de piedra, pp. 38-39.

    5. L. Domínguez, citado por D. F. Pró, Lorenzo Domínguez, p. 31.

    6. L. Domínguez, citado por D. F. Pró, Lorenzo Domínguez, p. 31.

    7. L. Domínguez, Diario de la Isla de Pascua, 9 de setiembre de 1960.

    8. Lorenzo Domínguez, Las esculturas de la Isla de Pascua, p. 61.

    9. Lorenzo Domínguez, Las esculturas de la Isla de Pascua, pp. 63-64.

    10. Lorenzo Domínguez, Diario de la Isla de Pascua, 6 de abril de 1960.

    11. Lorenzo Domínguez, Las esculturas de la Isla de Pascua, p. 87.

    12. Lorenzo Domínguez, Las esculturas de la Isla de Pascua, p. 63.

    13. Lorenzo Domínguez, Diario de la Isla de Pascua, 3 de abril de 1960.

    14. Lorenzo Domínguez, Diario de la Isla de Pascua, 26 de octubre de 1960.

    15. Lorenzo Domínguez, Diario de la Isla de Pascua, 31 de diciembre de 1960.

    16. Lorenzo Domínguez, Diario de la Isla de Pascua, 25 de febrero de 1960.


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